viernes, julio 20


Respirar profundo... convencerse de que nada es real y sonreír. Pensando en las personas indispensables en mi vida, y darme cuenta que ocupo el lugar de alguien mas o el lugar que ocupara alguien mejor en el futuro,  “a veces tienes que caer para saber lo alto que has llegado” antepuesto a esa frase, a veces solo es suficiente contar desilusiones. Deseo más que nada en el mundo volver a ser pequeña, deseo simplemente un abrazo, deseo no saber como se siente una persona mentirosa,  deseo tantas cosas. Nada como aquella noche en que tu mente viaja, camino para no pensar, y la gente espera hacer sus sueños realidad, cuando mis pensadillas se materializan todos los días, y si no fuera por el vaho de mi boca al viento frio no me daría cuenta que estoy viva.  Lo peor de vivir sujetada simplemente de ilusiones y pretensiones tarde o temprano se comienza a sentir, comienzas a notar que simplemente los espejos que has construido se quiebran, y tus lagrimas te lavan la cara fría, y quiebran mi piel de porcelana, y dejan al descubierto el monstruo herido tras todo el brillo y las sonrisas sin sentido,  convencerse que nada es real y sentirse fría, hasta la medula.

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